Fue mi hermana la que me habló por primera vez de la escritora Elena Ferrante, del interés que estaba despertando la tetralogía que escribió sobre la vida de dos mujeres en un barrio de Nápoles, y del misterio que rodea su identidad (Wikipedia dice que es el seudónimo de una escritora de la cual hay muy poca información). 
     Compré el primer libro, La amiga estupenda, con la emoción y la curiosidad de descubrir algo nuevo, diferente. Con una prosa lenta, medida y estudiada, pero natural y serena a la vez, la autora introduce al lector a través de Elena Greco, la protagonista y voz narrativa, en la vida de los pobladores de un barrio obrero de Nápoles. La historia que nos cuenta Lenù, como le dicen sus amigos, resalta su relación con Lila, su amiga y compañera de colegio, dos mentes cuyo potencial llama la atención de la profesora de primaria y por las que intenta, abiertamente, conseguir que continúen estudiando para, sin decirlo de forma explícita, salgan de la vida monótona y limitada del barrio. De esto se va dando cuenta Elena poco a poco, a lo largo de los años, y es este descubrimiento el que la desconcierta, la desubica y la acongoja. 
     En ese punto termina el primer libro. Lenù tiene dieciséis años y está por tomar la decisión de no seguir estudiando, de intentar volver a integrarse a la vida del barrio donde creció y formar nuevamente parte de él para no sentirse aislada. Quiere ser lo que son todos los demás: obreros sencillos, conformados, aunque algunos luchen -con muy poco esfuerzo y entusiasmo- por sobresalir para ser más que el resto. 
     Hoy mismo empiezo el segundo libro: Un mal nombre, porque no puedo dejar de pensar en Lenù, en Lila y en todos los demás personajes que pueblan esta historia entrañable que Elena Ferrante nos cuenta de forma magistral.

Patricia Fernández

Nací en Guatemala en 1962, en una casa llena de libros. No recuerdo mi niñez sin historias, historias que mi madre nos leía y mi padre se inventaba. Las que más me gustaban y me gustan son las que hablan de la vida diaria y de las personas a las que llamamos normales, esas que consiguen que la cotidianidad se convierta en algo maravilloso. Empecé a escribir en el año 2010, empujada por la curiosidad y la inquietud por saber de dónde salían las historias que me contaban los libros. Fui alumna de varios talleres de escritura creativa aquí, en Guatemala, y luego estudié técnicas narrativas en la Escuela de Escritores de Madrid, España. He publicado varios cuentos cortos en distintos medios y, actualmente, tengo este blog para hablar de lo que me apasiona: la insólita cotidianidad.

4 comentarios

NictéSdP · enero 6, 2017 a las 3:17 pm

Ya lo tengo! Termino los dos que estoy leyendo y le entro. Abrazos Patty! me encianta como haces las referencias de libros.

ana patricia Fernandez · enero 6, 2017 a las 10:39 pm

Hay libros de los que hay que decir algo. Quedarse callado no vale.

María Rosa Bell · enero 8, 2017 a las 7:14 am

¡Qué bueno que te animaste a leerlo! Cuando leas el segundo libro, te vas a morir. ¡Es alucinante! Por cierto que el otro día me dijeron que son cuatro libros, o sea que es una tetralogía… más para leer, qué bien :0) Una señora de mi "Book Club" me contó que estaba releyendo el primer tomo (en inglés, "My Brilliant Friend"), después de haberlos terminado todos, y que era fascinante, pues uno entendía tantas cosas que luego sucedían en los otros tres. ¡Buona lettura!

Patricia Fernández · enero 9, 2017 a las 3:55 am

Tienes razón, el segundo atrapa más que el primero, a pesar de que mantiene el mismo ritmo lento, de vida de barrio.

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