¿De qué hablo cuando escribo?
El cielo a trocitos
No debían de ser más de las cuatro de la tarde, pero ya estaba oscuro. Sentadas frente a la ventana de la sala de estar, mi prima y yo veíamos cómo llovía en Madrid. El verano se había acabado y, en muy pocos días, yo volvería a casa, empezaría la Leer más…